bigoit.gif (2894 bytes)Organización
Internacional del Trabajo


La Salud y la Seguridad en el Trabajo

EL SIDA Y EL LUGAR DE TRABAJO

El VIH no se transmite de muchas maneras

El SIDA y la vida cotidiana

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Así no se transmite el SIDA

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El VIH no puede ser transmitido mediante contacto casual. Los contactos personales en el lugar de trabajo son casuales. No se contrae el VIH por una de las actividades siguientes:

Las investigaciones han demostrado que los familiares de personas con VIH/SIDA no han resultado infectados por el virus a través de los contactos normales en el hogar. Incluso gente que se ha bañado con pacientes que tenían el SIDA o ha dormido en la misma cama que ellos tampoco han resultado infectadas.


Al no existir ningún tratamiento eficaz, la prevención es la única manera de combatir la difusión del SIDA, pues determinadas prácticas sexuales y relacionadas con las drogas aumentan mucho el riesgo de contraer la enfermedad. Unicamente un cambio de este comportamiento puede protegernos y limitar la difusión de la enfermedad hasta que se encuentre un tratamiento y una vacuna para ella. El estado de salud respecto al SIDA depende en gran medida de usted mismo ...


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SIDA

¿Qué son las relaciones sexuales más seguras?

Las relaciones sexuales más seguras son las relaciones inexistentes o las que se sostienen sólo con una persona que no esté infectada. Adopte usted precauciones si mantiene relaciones sexuales con más de una persona, o si no está seguro de si la persona con la que sostiene relaciones está infectada o no. Utilice preservativos de látex para todos los actos de penetración sexual (anal, vaginal, oral). El empleo de un espermicida puede disminuir el riesgo de contraer una enfermedad de transmisión sexual, comprendido el VIH, pero los espermicidas no son una alternativa a los condones.

La exposición a la sangre

Evite siempre la exposición a grandes cantidades de sangre. La piel intacta (sin cortes, arañazos, rasgones, dermatitis, etc.) es una buena barrera contra el virus del SIDA. Ahora bien, uno no siempre puede saber si no tiene pequeños cortes o arañazos. Tápese con vendas todas las heridas que tenga. Considere que toda la sangre puede estar infectada; de ese modo se evita la discriminación y se protegerá usted contra cualquier otra enfermedad transmitida por la sangre, por ejemplo la hepatitis. Así pues, la norma más apropiada es evitar el contacto de la piel con sangre, y llevar guantes si se está en contacto con sangre. Recuerde: el virus tiene que penetrar en el torrente sanguíneo en una concentración relativamente elevada para que la persona resulte infectada.

Limpiar las salpicaduras de sangre

Las salpicaduras de sangre deben ser limpiadas con material absorbente (trapos, pañuelos de papel o serrín) evitando el contacto directo de la piel con la sangre. Las salpicaduras de sangre se pueden limpiar utilizando formulaciones de detergentes-desinfectantes y germicidas químicos. Además de éstas, una solución de lejía casera y agua (preparada a diario) es un germicida barato y eficaz que acabará con el virus VIH si se utiliza adecuadamente. No olvide ponerse guantes desechables cuando limpie salpicaduras de sangre con germicidas químicos o lejía y utilice esos productos en zonas bien ventiladas. Véase el Apéndice II.

¿Cómo se puede desactivar el virus del SIDA?

Afortunadamente, el virus del SIDA no es muy resistente fuera del organismo, y por este motivo, es relativamente fácil desactivarlo en el entorno ambiental.

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Si cree usted que puede entrar en contacto con sangre, debe adoptar determinadas precauciones, sobre todo si tiene cortes, abrasiones o lesiones (debidas a dermatitis, por ejemplo) y desempeña funciones de primeros auxilios o limpieza que le pueden exponer a sangre o fluidos orgánicos que contengan sangre visible. El Apéndice II de este módulo contiene las Directrices sobre el SIDA y los primeros auxilios en el lugar del trabajo de la Organización Mundial de la Salud. Puede obtener más información sobre el SIDA solicitándola a:

Programa Mundial sobre el SIDA
Organización Mundial de la Salud
20, avenue Appia
1211 Ginebra 27
Suiza

¿Pueden difundir el SIDA la saliva, el sudor, las lágrimas o la orina?

Aunque se han hallado pequeñas cantidades del virus en la saliva, el sudor, las lágrimas y la orina de algunos pacientes con SIDA, las concentraciones eran sumamente bajas. No se considera probable que estos fluidos orgánicos transmitan el VIH porque la cantidad que se encuentra en ellos es por lo general inferior al nivel necesario para provocar la infección. Si esos fluidos orgánicos contienen sangre visible, hay que aplicar las precauciones que hemos recomendado antes.

¿Se puede difundir el VIH a través de los alimentos?

Los científicos no han hallado ni un solo caso documentado de SIDA transmitido a través de los alimentos. En cualquier caso, la cocción de los alimentos mataría los virus.

¿Pueden difundir el VIH los mosquitos?

No se conoce ningún caso de alguien que haya resultado infectado por picaduras de mosquito (o de cualquier otro insecto).

¿Hay riesgo de infectarse con el VIH cuando se prestan primeros auxilios?

Los primeros auxilios que requieren contacto con la sangre tienen un ligerísimo riesgo de transmisión del VIH (y otras infecciones transmitidas por la sangre, como la hepatitis B) de una persona infectada. De hecho, no se conoce ningún caso de transmisión del VIH por haber aplicado la respiración boca a boca a una persona infectada, si bien, a modo de precaución, al prestar primeros auxilios, se puede disminuir la posibilidad de infección siguiendo las normas siguientes:

¿Existe una prueba del SIDA?

Existe una prueba de los anticuerpos del VIH - que es una prueba de la infección de VIH, no del SIDA. Cuando el virus penetra en el organismo, el sistema inmunológico de éste produce "anticuerpos". Existen pruebas para detectar estos anticuerpos en la sangre. Si la prueba da positivo, quiere decirse que se han hallado anticuerpos y que la persona sigue infectada con el virus, puede transmitir el virus a otras y es probable que acabe por desarrollar SIDA. Si la prueba es negativa, quiere decirse que no se han hallado anticuerpos y que la persona no está infectada. Ahora bien, existe un período entre el tiempo de exposición al virus y el tiempo en que aparecen los anticuerpos ( de hasta tres meses) durante el cual la prueba dará resultados negativos aunque la persona esté realmente infectada (un resultado negativo falso). Lo anterior significa que la prueba puede no detectar anticuerpos hasta transcurridos tres meses desde la exposición de la persona al virus.

¿Quién debe someterse a la prueba?

Si está usted preocupado por la posibilidad de haber estado expuesto al VIH, puede considerar la posibilidad de someterse a la prueba. Debe asesorarse siempre antes de decidir si lo hace o no; de esa manera, se informará usted acerca de cómo se efectúa la prueba y entenderá las consecuencias de los resultados de la prueba, tanto si son negativas como si son positivas.

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Puntos que hay que recordar acerca del SIDA

  1. SIDA quiere decir síndrome de inmunodeficiencia adquirida. Lo provoca el VIH, es decir, el virus de la inmunodeficiencia humana.

  2. El VIH daña el sistema inmunológico del organismo, haciendo que éste sea susceptible a enfermedades.

  3. Puede transcurrir un largo período entre el momento en que una persona es infectada y aquel en que cae enferma.

  4. Se sabe de tres maneras como se transmite el VIH: 1) por relaciones sexuales (normalmente por exposición al semen o los fluidos vaginales de una persona infectada por el VIH); 2) por contacto de sangre a sangre; 3) de una madre infectada a su hijo no nacido.

  5. El VIH no se transmite mediante contactos casuales.

  6. Las relaciones sexuales más seguras son la inexistencia de relaciones sexuales o las relaciones monógamas con una persona que no esté infectada. En todas las demás situaciones, hay que tomar precauciones utilizando condones (preservativos) para todos los actos en que haya penetración sexual (ya sea anal, vaginal u oral).

  7. Se debe evitar el contacto de la piel con la sangre. Póngase guantes si tiene que estar en contacto con sangre.

  8. Las salpicaduras de sangre deben ser enjuagadas primero y limpiadas después utilizando germicidas químicos o lejía casera y agua.

  9. No se considera que la saliva, el sudor, las lágrimas, la orina, los alimentos ni las picaduras de mosquitos difundan el VIH.

  10. Los primeros auxilios que entrañan contacto con sangre presentan un riesgo mínimo de transmisión del VIH. No se debe dejar de aplicar la reanimación boca a boca por temor a atrapar el VIH u otras infecciones. Siga las medidas de prevención recomendadas por la OMS para disminuir la posibilidad de infección al prestar primeros auxilios.

  11. Existe una prueba de los anticuerpos del VIH, que es una prueba de infección por el VIH, no del SIDA. Los anticuerpos no se pueden detectar hasta transcurridos tres meses desde la exposición al virus. Durante ese tiempo, la prueba de los anticuerpos del VIH puede dar resultado falsamente negativo y la persona infectada puede transmitir el virus a otras sin saber que está infectada.

IV. La exposición en el lugar de trabajo

La Organización Mundial de la Salud (OMS), en colaboración con la Oficina Internacional del Trabajo (OIT), celebró una reunión en Ginebra, Suiza, en junio de 1988 sobre el SIDA y el lugar de trabajo. Expertos de organismos oficiales, de sindicatos y asociaciones de empleadores y de los sectores de la sanidad pública, médico, jurídico y enseñanza sanitaria estuvieron de acuerdo en que las políticas hacia los trabajadores infectados por el VIH (y con SIDA) debe ajustarse a los principios fundamentales:

La mayoría de los trabajadores no corren riesgo de resultar infectados por el VIH en el lugar de trabajo porque el VIH no se difunde por contactos casuales. Ahora bien, cualquier trabajador que entre en contacto con sangre, semen, fluidos vaginales o fluidos orgánicos que contengan sangre puede correr riesgo de exposición al VIH.

A. Empleos que ofrecen mayor riesgo de exposición

El personal médico y paramédico y el SIDA

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Los profesionales de la sanidad están en contacto diario con pacientes, sus fluidos orgánicos y su sangre. Algunos de esos pacientes o sus fluidos pueden estar contaminados por el virus VIH.

Algunos estudios han calculado el riesgo de infección por el VIH en el entorno laboral. Durante varios meses se estudió a varios miles de trabajadores de la sanidad en contacto directo con pacientes infectados y que no aplicaban precauciones especiales. Entre quienes tuvieron una exposición accidental, se calculó que el riesgo de infección oscilaba entre 0 y 0,76 por ciento.

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A la fecha, es posible que en total haya habido veinte profesionales de la sanidad, en todo el mundo, que hayan contraído la infección del VIH en el trabajo. Se ha documentado la seroconversión, es decir, el paso de la seronegatividad a la seropositividad, en la mayoría de esas personas. La mayoría de los casos de infección parecen deberse a una lesión producida con una aguja contaminada o un corte. Otras personas han resultado infectadas por contacto de sangre o fluidos sanguíneos con piel dañada o membranas mucosas.

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Si se adoptan algunas precauciones de higiene recomendadas habitualmente en los hospitales, el riesgo de transmisión del VIH al personal médico y paramédico es aún menor. El Ministerio de Sanidad francés ha propuesto unas recomendaciones respecto a las medidas que se deben adoptar para evitar la transmisión, en el ámbito laboral, del VIH y de otros microorganismos transmisibles por la sangre, las secreciones sexuales y determinados fluidos biológicos.

Se dice que esas precauciones son universales, pues deben aplicarse todos los días con todos los pacientes, pues es imposible identificar a todas las personas seropositivas. Además, también se transmiten por la sangre otros microorganismos, como el virus de la hepatitis B, los citomegalovirus y otros retrovirus (VIH 2, HTLV).

Los trabajadores que pueden correr más riesgo por la labor que desempeñan son:

  • el personal de hospitales, atención de salud y paramédico;
  • los dentistas y sus auxiliares;
  • la policía;
  • los bomberos;
  • los que se dedican a operaciones de rescate;
  • los guardianes de prisión;
  • los funcionarios de instituciones penitenciarias;
  • los encargados de custodiar los campos de juego;
  • los trabajadores de las instituciones psiquiátricas;
  • los operarios de laboratorios;
  • los empleados de funerarias.
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Ha habido unos cuantos casos de personal de sanidad que ha resultado infectado por el VIH por haber estado expuesto a sangre contaminada al haberse pinchado accidentalmente con agujas, exposición de membranas mucosas a sangre (boca, ojos o nariz) o salpicaduras de sangre en piel con lesiones. Por lo general, no se considera que el contacto con la saliva, la orina, el sudor o las lágrimas sea una vía normal de exposición al VIH, a menos que esas sustancias contengan sangre que sea visible. Otros empleados, por ejemplo los encargados de custodiar los terrenos de juego y los guardianes de penitenciarías, pueden verse expuestos al VIH a causa de los cristales o agujas que hayan sido arrojados y que estén contaminados con sangre infectada.

La hepatitis B

Los trabajadores que están expuestos a sangre, también corren el riesgo de exposición a otro virus peligroso transmitido por la sangre: el virus de la hepatitis B (VHB). La hepatitis B es una enfermedad grave - que puede ser mortal - del hígado. Es mucho más fácil de transmitir que el VIH porque el VHB está 100.000 veces más concentrado en la sangre que el VIH. Afortunadamente, existe una vacuna para la hepatitis B, aunque puede que no esté disponible en todos los países. Lo ideal sería que los empleadores vacunasen gratuitamente a los trabajadores que pudiesen estar expuestos al virus.

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B. La prevención de la exposición en el lugar de trabajo

Como es imposible saber quién está infectado por el VIH o el VHB, se recomienda tratar toda la sangre como si estuviera infectada, es decir, que se debe considerar toda la sangre como si fuese una sustancia tóxica. Los trabajadores expuestos a sangre deben seguir las directrices recomendadas por la Organización Mundial de la Salud. El Apéndice II, Directrices sobre el SIDA y los primeros auxilios en el lugar de trabajo de la OMS, al final de este módulo, contiene más información detallada sobre cómo evitar la transmisión del VIH en lugares de trabajo que puedan entrañar la exposición a sangre o personas infectadas.

¿Qué hacer si un trabajador está expuesto en el lugar de trabajo?

En todos los lugares de trabajo en que los empleados pueden estar expuestos a sangre u otros fluidos orgánicos se deben elaborar unas normas por escrito en las que se diga qué hacer y a quién contactar en caso de exposición. Los empleados deben conocer esas normas, que deben haber sido colocadas donde todo el mundo pueda verlas. Si un trabajador resulta expuesto a sangre u otros fluidos que puedan ser infecciosos:

Nota: Todo lo que se haga debe proteger la confidencialidad del trabajador expuesto. Si los trabajadores sospechan que el proceso no es totalmente confidencial, pueden mostrarse renuentes a comunicar la lesión o a solicitar el tratamiento y el asesoramiento que necesitan.

Controles mecánicos

Los controles mecánicos deben ser la primera medida adoptada para combatir los riesgos en el lugar de trabajo. Los controles mecánicos eliminan el riesgo, en lugar de exigir al trabajador que utilice equipo especial de protección o que aplique procedimientos laborales especiales. Existen controles mecánicos que protegen a los trabajadores contra los pinchazos de agujas. Así, por ejemplo, algunos sindicatos solicitan que los empleadores de servicios de sanidad obtengan instrumentos nuevos como "agujas que se autoprotegen", gracias a los cuales la aguja permanece tapada antes, durante y después de su uso. También están haciendo presión para que utilicen otros tipos de procedimientos y equipo más seguros hoy día existentes. Para prevenir los pinchazos con agujas, es también vital una formación adecuada de los trabajadores en buenas prácticas de higiene y orden.

Planes de lucha contra las infecciones

Los especialistas y algunos órganos reguladores recomiendan que los empleadores preparen un plan de lucha contra las infecciones con objeto de disminuir o eliminar los riesgos si los trabajadores pueden estar expuestos profesionalmente al VIH y al VHB. El plan de lucha contra las infecciones debe constar de procedimientos específicos para determinadas categorías de trabajadores y tareas y, lo que es más importante aún, debe ser apoyado y seguido por todos los supervisores.

¿Existe algún motivo para saber si alguien está infectado por el VIH?

En situaciones en que existe un riesgo real de exposición, por ejemplo en un hospital, lo mejor es dar por supuesto que cualquiera puede estar infectado y tomar las mismas precauciones frente a todo el mundo. Como es imposible saber quién está infectado y quién no, los trabajadores deben tener especial cuidado cuando manipulen sangre y determinados fluidos orgánicos.

 

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Puntos que hay que recordar acerca de la exposición en el lugar de trabajo

  1. Los trabajadores infectados por el VIH que están sanos deben ser tratados de la misma manera que cualquier otro trabajador. Los enfermos o infectados por el VIH deben ser tratados de la misma manera que cualquier otro trabajador enfermo.

  2. La mayoría de los trabajadores no corren riesgo de resultar infectados por el VIH en el lugar de trabajo, porque no se difunde por contactos casuales. Ahora bien, hay algunos trabajadores cuyos empleos entrañan un mayor riesgo de exposición.

  3. Los trabajadores expuestos a estar en contacto con sangre que pueda estar infectada por el VIH u otros virus, por ejemplo el de la hepatitis B, deben seguir las directrices de la OMC para trabajar en situaciones que entrañan la exposición a sangre.

  4. Hay que aplicar controles mecánicos para proteger a los trabajadores de las agujas. También es vital para evitar los pinchazos de agujas una formación adecuada en prácticas de higiene y aseo.

  5. Se recomienda que los empleadores elaboren un plan de lucha contra las infecciones para disminuir o eliminar la exposición si los trabajadores pueden estar sometidos a una exposición profesional al VIH y al VHB.

  6. En todos los lugares de trabajo en que los empleados pueden estar expuestos a sangre o fluidos orgánicos se deben preparar unas normas por escrito en las que se diga qué hacer y a quién contactar en caso de exposición.

V. Cómo informar sobre el SIDA en el lugar de trabajo


Seminario de formación e información sobre el SIDA


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El lugar de trabajo es un ámbito importante para promover la salud de todos los trabajadores y para difundir información y formación sobre la transmisión y la prevención del VIH/SIDA. La información en el lugar de trabajo es efectivamente importante porque muchas personas sienten temor a tener contacto con personas infectadas por el VIH o que tienen SIDA. En el trabajo, esos temores pueden influir en las actitudes de los trabajadores hacia sus colegas con SIDA o incluso hacia trabajadores de los que se sospecha que forman parte de "grupos de riesgo elevado".

Los colegas pueden estar muy preocupados si se enteran de que un trabajador tiene SIDA o está infectado por el VIH. Pueden pedir pruebas absolutas de que el SIDA no se puede transmitir casualmente. Pueden surgir temores acerca de la contaminación. Los trabajadores pueden pensar en solicitar su traslado o no utilizar los mismos teléfonos, fuentes de agua o equipo de trabajo. Algunos trabajadores pueden estar convencidos de que corren riesgo sólo por estar próximos a un colega infectado. Los sindicatos deben actuar para combatir los prejuicios y la discriminación.

La mejor solución a estos problemas es un programa de formación de los trabajadores para disminuir los temores y asegurarse de que todo el mundo tiene información fidedigna sobre el SIDA. Para que tengan la mayor eficacia posible, los programas de información en el lugar de trabajo sobre el VIH/SIDA deben ser elaborados conjuntamente por la dirección, los trabajadores y sus delegados y el servicio de sanidad laboral, si existe.

La discriminación

Lamentablemente, a menudo los trabajadores con VIH o SIDA tropiezan con discriminación en el lugar de trabajo, esto es, pérdida del empleo, violaciones de la confidencialidad, imposición de restricciones innecesarias a los trabajadores infectados y quedar atrás en los ascensos, mejores empleos y demás derechos.

Los sindicatos pueden utilizar varios instrumentos para combatir la discriminación, entre ellos:

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Puntos que hay que recordar acerca de cómo informar sobre el SIDA en el lugar de trabajo

  1. Los temores a tener contacto con personas con VIH o SIDA pueden tener consecuencias negativas en las actitudes de los trabajadores hacia sus colegas con VIH o SIDA.

  2. Los sindicatos deben actuar para combatir los prejuicios o la discriminación contra los trabajadores con VIH o SIDA.

  3. La mejor manera de combatir esos prejuicios y esas discriminaciones es un programa de información sobre el SIDA en el lugar de trabajo. También es la mejor manera de asegurarse de que todo el mundo tiene en el lugar de trabajo información fidedigna sobre el SIDA. Para que sea lo más eficaz posible, el programa debe ser elaborado conjuntamente por la dirección, los trabajadores y sus representantes y el servicio de sanidad laboral si existe.

  4. Los sindicatos pueden utilizar diversos instrumentos para combatir la discriminación, entre ellos los convenios, el apoyo de la comunidad y las leyes.

VI. El SIDA y las normas aplicadas en el lugar de trabajo

En muchos lugares de trabajo, los trabajadores y la dirección han elaborado conjuntamente unas normas sobre el VIH/SIDA y otras enfermedades crónicas. Si se elaboran esas normas, deben ser distribuidas ampliamente y tanto la dirección como los trabajadores deben entenderlas. Además, pueden ser incorporadas al convenio colectivo vigente.

Al elaborar unas normas y programas de información sobre el VIH/SIDA para el lugar de trabajo, los empleadores y los sindicatos deben utilizar los conocimientos especializados de las organizaciones no gubernamentales y comunitarias pertinentes. Este tipo de colaboración puede ahorrar tiempo y esfuerzos al contribuir a compartir conocimientos y procedimientos que se sabe que son eficaces.

La elaboración y la aplicación de unas normas es un proceso dinámico. Así pues, las normas sobre el VIH/SIDA en el lugar de trabajo deben ser:

A continuación se recomiendan algunos puntos con miras a cómo actuar en el lugar de trabajo a propósito del VIH/SIDA:

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Puntos que hay que recordar acerca del SIDA y las normas que hay que aplicar en el lugar de trabajo

  1. Los trabajadores y la dirección pueden colaborar para elaborar unas normas conjuntas en el lugar de trabajo acerca del VIH/SIDA que se pueden incorporar al convenio colectivo en vigor.

  2. Los empleadores y los sindicatos deben utilizar los conocimientos especializados de organizaciones no gubernamentales y comunitarias al elaborar esas normas.

  3. Es innecesario efectuar pruebas médicas a los empleados o antes de contratar alguien para averiguar si tiene VIH/SIDA y por lo tanto no deben ser obligatorias.

  4. La información acerca de si alguien está infectado con el VIH o tiene SIDA debe ser confidencial.

  5. Los trabajadores no deben estar obligados a informar a sus empleadores de si tienen o no VIH/SIDA.

  6. No es necesario modificar la manera de trabajar de los trabajadores infectados por el VIH. Se pueden tomar disposiciones alternativas sobre el empleo para ayudar a los trabajadores a mantener el empleo si han quedado incapacitados parcialmente por alguna enfermedad relacionada con el VIH.

  7. La infección por el VIH no es motivo para rescindir un contrato de trabajo.

  8. Los trabajadores infectados por el VIH deben recibir todas las prestaciones a las que tienen derecho.

  9. La información, los programas de formación sobre el VIH y el SIDA y el asesoramiento y las remisiones a organismos adecuados son vitales en el combate contra el SIDA.

  10. Los trabajadores infectados por el VIH deben ser protegidos frente a cualquier discriminación.

  11. En cualquier situación que requiera prestar primeros auxilios en el lugar de trabajo, es preciso adoptar precauciones para disminuir el riesgo de transmisión de enfermedades por la sangre.

  12. Los empleadores y los sindicatos deben establecer conjuntamente programas iniciales y periódicos de formación para los trabajadores que desempeñan empleos que hacen que corran riesgo de verse expuestos a materiales infectados por el VIH.

  13. Frente a los trabajadores con VIH o SIDA, los empleadores deben seguir todas las leyes aplicables y todas las disposiciones pertinentes del convenio colectivo.

VII. La función del delegado de salud y seguridad


Delegada de salud y seguridad


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Como delegado de salud y seguridad, sus colegas de trabajo le expondrán muchos problemas a usted. Puede suceder que un miembro del sindicato le diga a usted confidencialmente que está infectado por el VIH y necesita ayuda. En semejante situación, puede haber múltiples cuestiones que deberá usted abordar:

  1. El trabajador probablemente querrá seguir trabajando. Deberá colaborar usted con el sindicato para cuidar de que el trabajador siga trabajando mientras pueda hacerlo físicamente.

  2. Es posible que tenga que enfrentarse usted a una posible discriminación contra el trabajador infectado, así como a los temores de la dirección y de los colegas.

  3. Es posible que tenga usted que obtener información para el trabajador sobre tratamientos médicos, posibles opciones especiales de empleo, prestaciones, seguros, etc.

  4. Tendrá que enfrentarse usted a problemas de confidencialidad.

No es fácil ser delegado de salud y seguridad en las circunstancias ideales. Ayudar a colegas con enfermedades que amenazan su vida puede ser muy penoso. Tratar con otros colegas que tienen miedo, no están informados o incluso tienen prejuicios también puede ser penoso. Es asimismo importante reconocer los temores y prejuicios que uno mismo tiene. Si usted se siente incómodo o sobrepasado ante el problema del SIDA, trate de hallar el apoyo de otras personas del sindicato o de miembros del sindicato que se ocupan de salud y seguridad o que forman parte de las comisiones que se ocupan de quejas y reclamaciones, por ejemplo.

Recuerde que el Programa Mundial sobre el SIDA de la Organización Mundial de la Salud puede prestarle ayuda, entre otras cosas facilitándole folletos con información sobre el SIDA, que existen en distintos idiomas y que puede distribuir usted en su lugar de trabajo y sindicato. Las oficinas locales y regionales de la Organización Mundial de la Salud y la Oficina Internacional del Trabajo son otras fuentes de ayuda.

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VIII. Resumen

El SIDA es un problema en todo el mundo hoy en día y cada vez más una cuestión a la que se deben enfrentar los sindicatos, además de las personas, las autoridades, etc. Se sabe que el VIH se trasmite de tres maneras: por relaciones sexuales con una persona infectada cuando hay intercambio de fluidos orgánicos, por contacto entre la sangre de dos personas y desde una madre infectada a su hijo no nacido. El VIH no se difunde por contactos casuales y por lo tanto la mayoría de los trabajadores no corren riesgo de quedar infectados por el VIH en el trabajo.

La exposición al VIH/SIDA se puede evitar en los empleos concretos en que hay un posible riesgo de exposición. En ellos, es importante que se informe a los trabajadores acerca de los métodos de prevención. Aunque no haya riesgo profesional de exposición, se debe comunicar a los trabajadores lo que se sabe acerca del VIH/SIDA para disminuir los temores y los prejuicios que provoca. El VIH y el SIDA han dado lugar a un número de importantes problemas normativos que los sindicatos deben empezar a abordar con sus miembros.

Ejercicio.
El VIH en el lugar de trabajo: Caso práctico y juego de roles

Nota para el instructor

Para este ejercicio, pregunte a los alumnos si hay alguno que ya ha tropezado con algún problema relativo al VIH/SIDA en el lugar de trabajo. Si algún alumno puede dar un ejemplo, se recomienda utilizarlo en este ejercicio pues tendrá más valor personal para los alumnos.

Instrucciones

Pida a los alumnos que trabajen en grupos pequeños de 3 a 5 personas para efectuar este ejercicio. Dé a cada grupo una copia del caso práctico y pídales que lo lean y lo discutan. (Si no puede hacer copias, léalo en voz alta a toda la clase.) Una persona de cada grupo debe tomar notas para el grupo, escribiendo las sugerencias del grupo para abordar las cuestiones que se plantean y cualesquiera otras cuestiones y problemas que les plantee el caso. Se recomienda dedicar aproximadamente 20 minutos a esta parte del ejercicio.

Haga seguir el debate en grupos reducidos por un juego de roles entre trabajadores y dirección en el que se aborden los problemas y se trate de resolver la situación. Solicite voluntarios para los distintos papeles, que son los siguientes: un delegado sindical, un representante de la dirección, un representante de la comisión de salud y seguridad, un trabajador con SIDA, un supervisor de línea, dos colegas que tienen miedo de trabajar con su colega infectado y cualesquiera otros personajes que desee usted incluir.

El resto de los alumnos debe observar y estar preparado para discutir cómo se han abordado las cuestiones. Se recomienda dedicar aproximadamente 20 a 30 minutos al juego de roles. Deje por lo menos de 15 a 20 minutos al final del ejercicio para un debate entre todos los alumnos.

Caso práctico

Un delegado de salud y seguridad de una fábrica se entera de que un colega es positivo VIH. El trabajador no ha ocultado su situación; en la fábrica, todo el mundo la conoce.

El delegado de salud y seguridad ha escuchado a varios colegas hablar del miedo que sienten a trabajar con aquél. No quieren compartir el mismo equipo ni comer al lado suyo. Ha habido rumores de que algunos están solicitando el traslado. La dirección también ha hecho comentarios; el supervisor de línea no está seguro de si trabajar con ese obrero presenta o no riesgos.

La situación ha llegado a un punto crítico. El delegado de salud y seguridad tiene miedo de que haya problemas si no se actúa de inmediato.

¿Cómo deben abordar la situación las distintas personas implicadas en ella?

Puntos de debate

Considere las preguntas siguientes y diga qué ha decidido su grupo a propósito de cada una de ellas.

¿Son estrategias adecuadas de acción las siguientes?

  1. Trasladar al trabajador infectado a otra parte de la fábrica.

  2. Despedir al trabajador.

  3. Organizar inmediatamente un seminario de formación sobre el SIDA para los trabajadores y la dirección.

  4. Solicitar un permiso con sueldo para el trabajador infectado.

  5. Colaborar con los trabajadores y la dirección a fin de establecer una política que proteja los empleos de los trabajadores con enfermedades crónicas y a los trabajadores enfermos frente a cualquier discriminación.

Glosario

Anticuerpos

sustancias (proteínas) que produce el sistema inmunológico del organismo dentro de su respuesta para combatir las infecciones.

Condón

denominado también preservativo o "goma". Una envoltura (normalmente de látex) que se utiliza para cubrir el pene durante las relaciones sexuales a fin de impedir que el semen entre en la mujer y que ésta quede preñada y para disminuir el riesgo de enfermedades de transmisión sexual, entre otras el VIH/SIDA, tanto en los hombres como en las mujeres.

Controles mecánicos

medidas de protección que se adoptan para evitar la exposición a una sustancia tóxica cambiando el equipo o los instrumentos que se utilizan para realizar la tarea.

Enfermedad aguda

enfermedad de breve duración que a menudo presenta síntomas graves.

Enfermedad crónica

enfermedad que dura mucho tiempo o que reaparece a menudo.

ETS

abreviatura de "enfermedades de transmisión sexual". Las ETS son enfermedades que se pueden contraer en relaciones sexuales. El SIDA es esencialmente una enfermedad de transmisión sexual.

Exposición

entrar en contacto con un agente infeccioso (como bacterias, hongos, virus, etc.) o una sustancia tóxica (productos químicos, etc.).

Grupos de riesgo elevado

con esta expresión se denomina a las personas que corren más riesgos de contraer una determinada enfermedad. En el caso del VIH/SIDA, los grupos de riesgo elevado son los homosexuales varones que sostienen relaciones sexuales con distintas personas, quienes consumen drogas inyectándoselas, los hemofílicos, las prostitutas, quienes mantienen relaciones sexuales con personas de esos grupos y los niños nacidos de madres seropositivas. (Véase también seropositivo.)

Hepatitis B

infección viral que daña el hígado. Sus efectos pueden variar desde la inflamación a la cirrosis del hígado y la muerte.

Homosexualidad

atracción sexual por personas del mismo sexo. La homosexualidad puede ser ocasional o excluyente.

Infección latente

infección causada por microbios que no provoca signos clínicos en el paciente. Se dice que el paciente es un "portador sano". Ahora bien, en el caso de la infección por el VIH, es preferible decir que se trata de un "portador asintomático" (véase también portadores sanos).

Infección sintomática por el VIH

esta situación se denomina normalmente complejo relacionado con el SIDA (ARC). Los signos y síntomas que las personas infectadas por el VIH pueden mostrar durante la fase sintomática de la infección comprenden la linfadenopatía generalizada (hinchazón de las glándulas linfáticas), lesiones en la boca y afecciones no específicas, por ejemplo, diarrea persistente. Los síntomas no son tan graves como los que definen el SIDA. (Es más exacto describir la situación de un paciente describiendo los síntomas, que pueden abarcar situaciones muy distintas, y las pruebas de laboratorio de infección por el VIH, que utilizar el término "ARC".)

Infección

una invasión del organismo (penetración en él) por un organismo que provoca enfermedades.

Pandemia

(enfermedad) que existe en todo un país o en todo el mundo.

Portadores sanos

personas que tienen microorganismos (bacterias, virus, etc.) en el organismo, pero que no muestran ninguna señal de enfermedad y están sanas. Ahora bien, pueden transmitir el microorganismo a otras personas. En el caso del VIH/SIDA, este término es inadecuado para describir a las personas que tienen el virus pero que gozan aparentemente de buena salud, pues algunas (o quizás todas) contraerán posteriormente la enfermedad y por lo tanto no se puede considerar que estén perfectamente sanas. Es más exacto denominarlas "portadores asintomáticos" (es decir, que no presentan síntomas). O sea, que llevan el microorganismo - que pueden transmitir a otras personas -, pero no muestran ningún signo de la enfermedad.

Positivo VIH

personas a las que se ha hecho una prueba médica hallándose que estás infectadas por el VIH.

Preservativo

véase condón.

Prueba serológica del VIH

prueba de sangre que permite detectar la presencia de anticuerpos del VIH en el organismo.

Semen

fluido producido por las vesículas seminales y la glándula prostática de los hombres que contiene el esperma. En los varones infectados, el semen contiene también células infectadas por el VIH y por lo tanto puede transmitir la infección a quienes tengan relaciones sexuales con él.

Seroconversión

la aparición de anticuerpos en el suero (líquido que forma parte de la sangre, que hace que una persona que anteriormente daba negativo respecto de los anticuerpos dé positivo respecto de ellos. Con la infección por el VIH, la seroconversión (la aparición de anticuerpos del VIH) se produce normalmente de 4 a 12 semanas después de que la persona ha resultado infectada.

Seropositivo

en el caso del VIH/SIDA, una persona que ha dado positivo en la prueba efectuada para averiguar si posee anticuerpos dirigidos contra el VIH. Esta persona ha estado en contacto con el virus y se puede considerar que puede transmitir el virus a otras personas. Si la prueba no detecta la presencia de anticuerpos, se dice que la persona es "seronegativa".

SIDA (síndrome de inmunodeficiencia adquirida)

una enfermedad provocada por la infección por el VIH (virus de la inmunodeficiencia humana) que daña el sistema inmunológico del organismo.

Sistema inmunológico

el sistema del cuerpo que trata de destruir las sustancias (virus, bacterias, hongos y parásitos) que no forman parte del organismo y que pueden provocar enfermedades.

VHB

virus de la hepatitis B.

VIH (virus de la inmunodeficiencia humana)

nombre del virus que provoca el SIDA.

Virus

un tipo de microorganismo que provoca enfermedades.

Apéndice I.
Principios y elementos normativos: Declaración de la Consulta sobre el SIDA y el lugar de trabajo, organizada en Ginebra los días 27 a 29 de junio de 1988 por la Organización Mundial de la Salud en asociación con la Oficina Internacional del Trabajo.

Programa Mundial sobre el SIDA.

La Consulta se ocupó de las profesiones y los ámbitos profesionales en los que el trabajo no entraña riesgo de adquirir ni de transmitir el VIH entre los trabajadores, del trabajador al cliente o del cliente al trabajador; no consideró las situaciones profesionales como las de personal médico o paramédico, en las que puede haber un riesgo reconocido de contraer o transmitir el VIH.

III. Principios de política

La protección de la dignidad y de los derechos humanos de las personas infectadas por el VIH, incluyendo a las que padecen SIDA, es esencial para prevenir y combatir el VIH/SIDA. Los trabajadores infectados por el VIH que se encuentran sanos deben ser tratados exactamente igual que cualquier otro trabajador. Los que tengan una enfermedad relacionada con el SIDA, o incluso el SIDA, deberán ser tratados como cualquier otro trabajador con una enfermedad.

La mayoría de las personas con el VIH/SIDA desean seguir trabajando, lo cual mejora su bienestar físico y mental, y deben tener derecho a hacerlo. Hay que dejarles que aporten su capacidad de creación y su productividad en un ambiente de trabajo que les sea propicio.

En la resolución (WHA41.24) de la Asamblea Mundial de la Salud, titulada "SIDA: Necesidad de evitar toda discriminación contra las personas infectadas por el VIH y las personas con SIDA" se insta a los Estados Miembros:

"... 1) a que fomenten un espíritu de comprensión y compasión para con las personas infectadas por el VIH y las personas con SIDA ...;

2) a que protejan los derechos humanos y la dignidad de las personas infectadas por el VIH y de las personas con el SIDA... y a que eviten toda medida discriminatoria o de estigmatización contra esas personas en la provisión de servicios, el empleo y los viajes;

3) a que garanticen la índole confidencial de las pruebas del VIH y fomenten la disponibilidad del asesoramiento confidencial y de otros servicios de apoyo ...".

En la actitud que se adopte en relación con el VIH/SIDA y el lugar de trabajo se deberá tener en cuenta el contexto social y jurídico existente, así como la política nacional de sanidad y la Estrategia Mundial contra el SIDA.

IV. Formulación y aplicación de una política adecuada

Habrá que formular procedimientos y políticas coherentes, tanto en el plano nacional como en el de las empresas, mediante consultas entre los trabajadores, los empleadores y sus organizaciones y, si procede, los organismos oficiales y otras instituciones. Se recomienda formular y llevar a la práctica tales políticas antes de que surjan problemas relacionados con el VIH en los lugares de trabajo.

La formulación y aplicación de una política no es un proceso estático sino dinámico. Por ello, las políticas relacionadas con el VIH/SIDA y el lugar de trabajo deberán:

a) comunicarse a todos los interesados;

b) ser objeto de revisión continua en función de la información epidemiológica y científica en general;

c) seguirse de cerca para velar por su buena aplicación;

d) evaluarse desde el punto de vista de su eficacia.

V. Elementos de la política

A. Personas que solicitan empleo: La detección del VIH/SIDA previa a la contratación como parte de la prueba de aptitud para el trabajo es innecesaria y no debe exigirse. Dicha detección se hace por métodos directos (investigación del VIH) o indirectos (evaluación de los comportamientos de riesgo) o mediante preguntas sobre las pruebas del VIH ya practicadas. La detección del VIH/SIDA antes de la contratación con fines de seguro u otros fines es muy inquietante por sus posibles efectos discriminatorios, y merece ser objeto de un examen detenido y riguroso.

B. Personas que tienen ya un empleo:

  1. Detección del VIH/SIDA: No se debe exigir la detección del VIH/SIDA, sea directa (investigación del VIH), indirecta (evaluación de comportamientos de riesgo) o basada en preguntas sobre las pruebas ya practicadas.

  2. Confidencialidad: Se debe respetar el carácter confidencial de toda información médica, inclusive sobre su situación en relación con el VIH/SIDA.

  3. Información del empleador: El trabajador no debe estar obligado a informar a su empleador acerca de su situación en relación con el VIH/SIDA.

  4. Protección del empleado: A las personas afectadas por el VIH/SIDA o sospechosas de estarlo, hay que protegerlas en el lugar de trabajo de toda estigmatización o discriminación por parte de compañeros trabajadores, sindicatos, empleadores o clientes. La información y la educación son esenciales para mantener el clima de confianza mutua que es indispensable para lograr esa protección.

  5. Acceso de los empleados a los servicios: los empleados y sus familiares deben tener acceso a programas de información y educación sobre el VIH/SIDA, así como a medios adecuados de asesoramiento y consulta.

  6. Prestaciones: Los empleados infectados con el VIH no deben ser objeto de discriminación en relación con el acceso a las prestaciones reglamentarias de los programas de seguridad social u otras prestaciones laborales y la percepción de las mismas.

  7. Cambios razonables de condiciones de trabajo: La infección por el VIH no entraña por sí misma limitación alguna de la aptitud para el trabajo. Si ésta se encuentra menoscabada por una enfermedad relacionada con el VIH, se deberán tomar medidas para efectuar un cambio razonable de condiciones de trabajo.

  8. Mantenimiento de la relación laboral: La infección por el VIH no es motivo para cesar la relación laboral. Al igual que con otras muchas enfermedades, las personas que tengan enfermedades relacionadas con el VIH deben seguir en condiciones de trabajar mientras estén médicamente en condiciones de desempeñar un empleo apropiado.

  9. Primeros auxilios: En toda situación que exija primeros auxilios en el lugar de trabajo, habrá que tomar precauciones para reducir el peligro de transmitir infecciones sanguíneas, entre ellas la hepatitis B. Estas precauciones generales resultarán igualmente eficaces contra la transmisión del VIH.

Apéndice II.
Directrices de la Organización Mundial de la Salud sobre el SIDA y los primeros auxilios en el lugar de trabajo

Transmisión del VIH

El VIH se ha aislado en muchos humores orgánicos de personas infectadas. No obstante, sólo a la sangre, el semen, y las secreciones vaginales y cervicouterinas, así como a la leche materna, se les ha atribuido un papel en la transmisión del virus. Los estudios epidemiológicos realizados en todo el mundo han demostrado que existen tres modos de transmisión del VIH:

Existen numerosas pruebas de que el VIH no puede transmitirse por vía respiratoria o gastrointestinal ni por contactos ocasionales entre personas en cualesquiera circunstancias (por ejemplo, el medio escolar, el hogar, la relación social, el trabajo o la cárcel). El VIH tampoco se transmite a través de los insectos, los alimentos, el agua, los retretes, las piscinas, el sudor, las lágrimas, las vajillas, los cubiertos o los vasos, u otros vehículos como la ropa o los teléfonos.

No se ha demostrado que el VIH se transmita en los lugares de trabajo, salvo en establecimientos sanitarios o en laboratorios de investigación. Los raros casos de transmisión conocidos del VIH a agentes de salud se han producido por exposición a la sangre de un paciente infectado por el VIH a consecuencia de un pinchazo con una aguja, por contacto con sangre de una herida o lesión cutánea o por salpicadura de sangre en los ojos o en la boca (mucosas). Aunque accidentes de este tipo son bastante frecuentes en los establecimientos sanitarios, sólo en raros casos han dado lugar a la infección por VIH de los agentes de salud.

Además del VIH, hay otras infecciones graves que pueden transmitirse por la sangre, como la hepatitis B y la hepatitis ni A ni B.

Transmisión del VIH y práctica de los primeros auxilios

Por lo que respecta a la transmisión del VIH, los principales motivos de preocupación en materia de primeros auxilios son la reanimación de boca a boca y el tratamiento de las hemorragias, dos situaciones en las que se puede producir contacto con los humores orgánicos de otra persona.

Reanimación de boca a boca

Un trabajador en estado de inconsciencia y que ha dejado de respirar espontáneamente (por ejemplo, a consecuencia de un ataque cardíaco, de una descarga eléctrica o un golpe en la cabeza) puede necesitar que se le reanime por el método de boca a boca. La reanimación debe iniciarse inmediatamente. Este procedimiento de reanimación puede salvar la vida del sujeto y no se debe dejar de lado por miedo a contraer una infección por el VIH o por otro agente.

No se ha notificado ningún caso de transmisión de VIH a raíz de la reanimación de boca a boca. Aunque el VIH se ha aislado en la saliva, sólo está en cantidades sumamente pequeñas; no se ha notificado ningún caso en el que se haya demostrado que la transmisión se produjo por la saliva.

A pesar de no haberse comprobado nunca la transmisión salival, existe el riesgo teórico de que transmita el VIH si la persona que necesita la reanimación está sangrando por la boca. La persona que presta los primeros auxilios debe utilizar un trozo de tela o un pañuelo limpios, si le es posible, para limpiar la sangre de la boca del sujeto.

Solamente las personas que estén especialmente capacitadas para ello podrán utilizar cánulas o boquillas respiratorias, bolsas de reanimación y otros instrumentos que facilitan la ventilación. El uso de este material está desaconsejado cuando las personas que prestan primeros auxilios carecen de la capacitación apropiada, ya que la manipulación incorrecta puede agravar las lesiones y la hemorragia. No está justificado negarse a aplicar la reanimación de boca a boca por carecer de este equipo.

Hemorragias

El trabajador que sufre una hemorragia exige atención inmediata. El encargado de prestar los primeros auxilios debe intervenir sin vacilación, ya que algunas heridas pueden ser mortales (por ejemplo, las hemorragias arteriales).

Siempre que sea posible, la persona que presta los primeros auxilios enseñará al herido a comprimir por sí mismo la zona sangrante utilizando un paño grueso y limpio. Si el paciente está inconsciente o no coopera, o si la herida es demasiado grande o está situada en un lugar difícilmente accesible, el encargado de los primeros auxilios debe comprimir la herida con un paño limpio u otro tipo de apósito, evitando el contacto directo con la sangre. Si se dispone de guantes, conviene utilizarlos; de lo contrario, habrá que utilizar un paño o una prenda de vestir a modo de barrera para evitar el contacto de la piel con la sangre. Ahora bien, como la hemorragia puede ser mortal, no está justificado negarse a prestar primeros auxilios por carecer de guantes.

Hay que evitar en especial que la sangre entre en contacto con heridas o con las mucosas de la persona que presta los primeros auxilios. Si a ésta se le manchan las manos de sangre, deberá cuidar además de no tocarse los ojos o la boca.

Hay que lavarse siempre las manos con agua y jabón tan pronto como se pueda después de prestar los primeros auxilios.

Limpieza de salpicaduras de sangre

Las salpicaduras de sangre deben enjugarse con un material absorbente (trapo, paño, servilleta de papel o serrín), evitando el contacto directo de la piel con la sangre. El material empapado de sangre se debe introducir en una bolsa de plástico para luego quemarlo en un incinerador o enterrarlo. La zona contaminada se lavará a continuación con un desinfectante (preferentemente hipoclorito de sodio diluido al 1:10 en agua (lejía doméstica), con lo que se obtiene un 0,1-0,5% de cloro disponible) para limpiar la sangre restante. Durante toda la operación deben utilizarse guantes de goma ordinarios; si no se dispone de guantes, debe usarse a modo de barrera un mazo de servilletas de papel absorbente, por ejemplo, con el fin de evitar el contacto directo de la piel con la sangre. Hay que lavarse siempre las manos con agua y jabón después de haber limpiado salpicaduras de sangre u otros humores orgánicos.

Las prendas de vestir o los paños que están visiblemente contaminados con sangre deberán tocarse lo menos posible. De ser posible, conviene utilizar guantes de goma corrientes, si se dispone de ellos, e introducir y transportar el material contaminado en bolsas herméticas. Los paños y la ropa deben lavarse con detergente y agua caliente (al menos a 70ºC) durante 25 minutos, o, si se lava a menor temperatura (por debajo de 70ºC), con un detergente apropiado para lavar en frío.

Otras medidas

Las personas que prestan primeros auxilios deben tener cuidado con los cristales rotos y otros objetos cortantes que puedan encontrarse en la zona del accidente. También deben tener la precaución de recubrir cualquier herida o corte abierto que tengan para evitar el contacto con la sangre mientras prestan los primeros auxilios.

Trabajadores que han estado en contacto con sangre

Si se siguen las presentes directrices se reducirá considerablemente el riesgo de adquirir infecciones transmitidas por la sangre, entre ellas la causada por el VIH. Pero ni siquiera en ese caso se puede garantizar que no habrá exposición a la sangre. Por ese motivo, en los lugares de trabajo deben establecerse planes para hacer frente a las situaciones en las que el agente de primeros auxilios se lesiona o entra en contacto con sangre en el ejercicio de sus funciones.

Si la exposición se produce en una superficie cutánea que no esté intacta, habrá que lavar la zona afectada con agua y jabón tan pronto como sea posible. Las mucosas expuestas deben lavarse con agua.

Si la persona que presta los primeros auxilios se hiere con un objeto punzante que esté contaminado con sangre (p, ej., una aguja usada), deberá hacer sangrar la herida, lavarla concienzudamente con agua y jabón y, si procede, recubrirla con un apósito. Como quizá sea necesario tomar alguna otra medida, habrá que examinar la herida para saber de qué tipo es y cuál es su gravedad, es decir, si se trata de una punción, una laceración superficial o profunda, una contaminación de piel o mucosa no intacta, y para saber hasta qué punto puede haberse contaminado con sangre.

Es evidente que, cuanto más grave sea la herida, más motivos de preocupación hay, no sólo en lo que se refiere a la infección por el VIH, sino a todas las demás infecciones transmitidas por la sangre. La persona afectada, junto con el agente de salud, debe decidir si es necesario llevar a cabo una nueva evaluación.

En muy raros casos, el encargado de los primeros auxilios puede tener heridas suficientemente graves para que se justifique una investigación más detenida, en particular pruebas de detección en la sangre del VIH y de otras infecciones como la hepatitis B.

Si una persona que prestó los primeros auxilios pide que se le someta a la prueba de anticuerpos contra el VIH, habrá que hacérsela tan pronto como sea posible después de la exposición. Si el primer resultado es negativo, se le repetirá la prueba a los tres y a los seis meses. Entretanto, se le dará acceso a un servicio de consejo en el que le informarán del reducido riesgo de adquirir la infección y se responderá a sus preguntas e inquietudes. También habrá que advertirle sobre la necesidad de evitar cualquier posible transmisión del VIH durante este período, por ejemplo a través del acto sexual, del uso de drogas por vía intravenosa o del embarazo. Si un trabajador se revela en cualquier momento VIH-positivo en las pruebas de anticuerpos deberá ser objeto de una labor de consejo continua. Si la prueba da resultado positivo inmediatamente después de la exposición, no puede ser resultado de ésta; la persona tiene que haberse infectado por el VIH previamente. Debe dirigírsele hacia los servicios de consejo, que lo orientarán además sobre la forma de prevenir la transmisión del VIH.

Adiestramiento en primeros auxilios

El adiestramiento en primeros auxilios da ocasión de difundir información correcta sobre la infección por el VIH y el SIDA entre los miembros de la comunidad. Las personas debidamente adiestradas podrán después difundir esa información correcta en el seno de la comunidad.

El adiestramiento en el lugar de trabajo debe comprender una explicación clara sobre las formas en que el VIH se transmite y no se transmite. Esto reviste especial importancia, pues los mitos que rodean esta cuestión pueden constituir un obstáculo para la prestación de medidas de primeros auxilios susceptibles de salvar una vida.

Durante el adiestramiento hay que hacer hincapié en que, incluso después de una exposición parenteral a sangre infectada por el VIH, el riesgo de adquirir la infección es sumamente reducido: aproximadamente, de 1 por cada 250 exposiciones. A las personas que prestarán primeros auxilios se les debe enseñar a adoptar precauciones para evitar el contacto con la sangre o los humores orgánicos, puesto que tales precauciones reducen considerablemente el riesgo de infección transmitida por la sangre.

En general, los primeros auxilios se prestan para aliviar sufrimientos y con un espíritu de compasión. Esto es lo que hay que subrayar. Hay que instar al agente de primeros auxilios a que sopese el riesgo minúsculo y por el momento teórico de adquirir una infección por el VIH en el ejercicio de sus funciones frente al bien que puede hacer a la persona asistida.

Diversas organizaciones de diferentes países adiestran a gran número de personas en materia de primeros auxilios tanto dentro como fuera del lugar de trabajo. Conviene incitar a los empleadores a que aprovechen la experiencia de tales organizaciones a la hora de planificar cursos de capacitación en primeros auxilios dentro del lugar de trabajo.

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