Cartilla 4
CUESTIONES AMBIENTALES DE INTERES MUNDIAL
Sabemos que hay una continua interacción entre las masas de agua, la atmósfera y la tierra; el medio ambiente mundial cambia constantemente. Hemos visto de qué manera la actividad humana en el centro de trabajo y en la comunidad transforma el medio ambiente. En esta cartilla vamos a ocuparnos de los problemas del medio ambiente en el plano mundial.
Ya hemos puesto de relieve que los sindicatos se están organizando a diferentes niveles para formular y aplicar sus políticas sobre el medio ambiente y tener la responsabilidad y las posibilidades de cambiar la forma en que se utilizan los recursos mundiales. En otras palabras, los sindicalistas nos estamos organizando para hacer del mundo un lugar más seguro y más justo.
Los sindicatos están mejor capacitados que los individuos para influir en el rumbo que toma el cambio. Sabemos por propia experiencia de la acción sindical que la organización colectiva es más eficaz que la acción individual. Estamos organizados a nivel local, comunitario, nacional e internacional. Tenemos experiencia en tomar decisiones que cambien el estado de cosas y estamos preocupados por la calidad de vida de nuestros afiliados y sus familias.
La Asamblea General de las Naciones Unidas convocó en Río de Janeiro (Brasil) una gran Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en junio de 1992. En esta reunión, los representantes de todos los países del mundo examinaron todo lo que conviene hacer para promover el desarrollo sostenible.
Algunas de las principales cuestiones ambientales consideradas fueron:
La Conferencia publicó un documento de 600 páginas que describe estas cuestiones y recomienda lo que debe hacerse. Al final de esta cartilla aparece más información al respecto y sobre la función de los sindicatos.
CUMBRE DE LA TIERRA
Conferencia de las
Naciones Unidas sobre
el Medio Ambiente y el
EN NUESTRAS MANOS
Desarrollo
Puntos para discusión
Un examen más detallado de los temas puede ayudarle a formar su opinión. En las secciones siguientes figura información sobre los recursos mundiales de agua, aire y tierra. |
Agua dulce
Más del 70 por ciento de la superficie de la tierra está cubierta de agua; el 97 por ciento es agua de mar y el 3 por ciento agua dulce. Só lo el 1 por ciento del agua dulce puede utilizarse; el resto existe en forma de hielo o aguas subterráneas y no es accesible en la actualidad.
La agricultura, por medio de la irrigación, utiliza alrededor del 70 por ciento del agua dulce. La industria utiliza alrededor del 20 por ciento. La Organización Mundial de la Salud estima que más del 60 por ciento de la población rural del mundo en desarrollo no tiene acceso a fuentes razonablemente seguras de agua potable. Este hecho se debe en parte a la falta de instalaciones sanitarias adecuadas, que normalmente afectan a alrededor del 75 por ciento de la población de los países en desarrollo. El problema es que la mayor parte de los residuos humanos se vierten precisamente en las aguas más cercanas y, en consecuencia, el agua se ha convertido en uno de los contaminantes ambientales más peligrosos. En los países en desarrollo, el agua sucia o la falta de saneamiento causa cuatro de cada cinco enfermedades corrientes y 25.000 muertes por día. En respuesta a esta situación, la Organización de las Naciones Unidas inició en 1981 el Decenio Internacional del Suministro y el Saneamiento de Agua Potable, cuyo ambicioso objetivo era lograr que todo el mundo dispusiera de agua segura y saneamiento adecuado en 1990. Aunque esta meta no se alcanzó, durante el decenio de 1980 se proporcionó agua potable a unos 1.348 millones de personas más de países en desarrollo.
Agua de mar
Como hemos señalado anteriormente, el agua de mar representa la mayoría de los recursos hídricos mundiales. Su contaminación constituye otro grave problema: más de 10.000 millones de toneladas de residuos se descargan cada año en los océanos del mundo en forma de sedimentos, barro, aguas residuales, sales nutrientes, productos químicos venenosos, substancias radiactivas y petróleo. Mucha gente ha sufrido las consecuencias de grandes accidentes como la catástrofe natural provocada en Alaska por el buque petrolero Exxon Valdés en 1989, o la ocasionada por el Amoco Cadiz en 1978, para no hablar de la grave contaminación marina del Golfo en 1990. Sin embargo, la contaminación producida d ía a día tiene consecuencias más graves.
Océanos emponzoñados por la contaminación
Las rutas de navegación marítima están llenas de alquitrán flotante, desechos de plástico y redes de pescar abandonadas.
La Organización Marítima Internacional declara que muchos productos químicos acarreados por el mar constituyen amenazas más graves que el petróleo para los navegantes, los pescadores y la población costera.
Arrojar residuos tóxicos en fuentes hídricas ha llegado a ser un problema importante en algunas regiones. Según la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), las empresas de los Estados Unidos y de Europa se deshacen de millones de toneladas de residuos tóxicos vertiéndolos en las aguas territoriales de países de América del Sur y del Caribe. Según la CIOSL, en estas aguas las empresas no corren el riesgo de tener que pagar multas tan abultadas como las que tendrían que abonar en sus países de origen.
Puntos para discusión "Agua, agua en todas partes, y ni una gota para beber". Cada día mueren 25.000 personas a causa de enfermedades transmitidas por el agua
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El recalentamiento del planeta y el cambio climático
Desde hace siglos se sabe que la capa de gases que rodea la tierra actúa como una manta aislante. Los gases absorben la energía del sol que se ha reflejado desde la tierra e impiden que vuelva al espacio.
Este fenómeno se llama frecuentemente "efecto invernadero". Mantiene la tierra más caliente de lo que estaría, lo suficiente como para que haya vida humana, vegetal y animal.
En los últimos 100 años, se han ido incrementando en esa capa cantidades de determinados gases, lo cual ha contribuido a que su capacidad de absorber el calor sea mucho mayor. El calor excesivo puede tener efectos negativos sobre el medio ambiente. Alrededor de la mitad del recalentamiento del planeta se debe al anhídrido carbónico (CO2).
La quema de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas) y el desmonte e incendio de los bosques producen anhídrido carbónico. Cada año, la combustión añade 4.500 millones de toneladas de carbono en la atmósfera de la tierra. Otros gases que contribuyen al recalentamiento mundial son los clorofluorocarbonos (CFC) y los óxidos de nitrógeno (NO).
Aunque ello se detectó con anterioridad, recién a finales del decenio de 1970 pudo comprobarse que estaba aumentando la temperatura del planeta. En el decenio de 1980 se registraron en el mundo los cinco años más cálidos desde 1890.
Los responsables políticos de muchos países se reunieron en Toronto, en junio de 1988, con motivo de la "Conferencia Mundial sobre los Cambios Atmosféricos: consecuencias para la seguridad mundial". Los delegados hicieron la siguiente declaración:
Estos cambios representan una gran amenaza para la seguridad internacional y ya están teniendo consecuencias perjudiciales en muchas partes del globo...Es indispensable actuar ahora...Los países del mundo industrialmente desarrollado son los principales causantes de los gases que producen el efecto invernadero y, por consiguiente, contraen la responsabilidad mayor ante la comunidad mundial.
La Conferencia hizo un llamamiento a los gobiernos y a las industrias en favor de un esfuerzo general que detenga el recalentamiento mundial, reduzca los niveles de CO2 y preste apoyo al trabajo del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático (IPCC).
El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) fue creado bajo los auspicios de la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) a fin de evaluar los indicios y el impacto del recalentamiento mundial y formular una respuesta.
Existe consenso general de que si la acción preventiva se posterga hasta disponer de testimonios científicos más firmes, el impacto probable en 10 ó 15 años y el costo de la acción correctiva se habrán incrementado en un 300 por ciento. El cambio climático puede tener consecuencias importantes sobre la agricultura y la ganadería. Los cambios pronosticados de temperatura, lluvia y nieve en los próximos 100 años pueden ocasionar un desplazamiento de las zonas climáticas. Este fenómeno también incidirá en la disponibilidad de recursos hídricos.
Según el pronóstico corriente del IPCC, la temperatura mundial se habrá elevado un grado centígrado en el año 2030, lo cual hará que el nivel del mar se eleve 20 centímetros, con consiguientes amenazas para las poblaciones costeras e insulares. Hacia el año 2100, esas cifras se habrán multiplicado por tres y, por ende, habrá mucha menos nieve y mucha más lluvia. El IPCC pronostica que los cambios en la variabilidad, intensidad e incidencia de las condiciones meteorológicas serán m ás perjudiciales que la elevación media de la temperatura mundial.
La capa de ozono
El ozono es una sustancia química relacionada con el oxígeno. El oxígeno se presenta habitualmente en una forma estable llamada molécula, que se compone de dos átomos. Sin embargo, cuando se añade otro átomo a la molécula se forma el ozono. Esto ocurre cuando el oxígeno se expone a la radiación ultravioleta. Entonces cambia su naturaleza completamente. En vez de ser fundamental para todo lo que respira, adquiere propiedades completamente diferentes.
Existen dos problemas completamente diferentes relacionados con este gas: la disminución de la capa de ozono o agotamiento del ozono y la formación de ozono. Disponer de poco o de demasiado ozono plantea problemas.
El agotamiento del ozono. El problema que causa mayor inquietud en todo el mundo es la disminución de ozono en la atmósfera. En 1985 se descubrió que la capa de ozono sobre la región Antártica era especialmente delgada. A este fenó meno se le llamó el agujero (o el "desgarramiento") de la capa de ozono. Usted habrá oído hablar mucho acerca de la "capa de ozono". No es una capa tan gruesa como podría imaginarse; se trata de la zona de la atmósfera exterior, a cerca de 20 kilómetros por encima de la tierra, llamada ozonosfera. En ella se encuentra la mayor concentración de ozono de toda la atmósfera, aunque esta concentración equivale a casi una molécula por cada 100.000. Si todo el ozono estuviese sobre la tierra y la recubriera regularmente, la capa resultante no sería más gruesa que esta cartilla.
Un grupo de productos químicos llamado clorofluorocarbonos (CFC) amenaza especialmente la capa de ozono. Al principio se pensó que eran "productos químicos milagrosos"; se usaban con profusión: en los aparatos de refrigeración, como disolventes, para impulsar los pulverizadores de aerosol y para fabricar cremas espumosas, como las de afeitar. Se evaporan fácilmente y ascienden a la atmósfera, donde atacan al ozono, volviéndolo a convertir en oxígeno.
Desgraciadamente, necesitamos este ozono como protección. El ozono impide el paso de la mayoría (90 por ciento) de los rayos ultravioleta dañinos procedentes del sol. A medida que la capa de ozono se adelgaza, más rayos ultravioleta alcanzan la tierra. La radiación ultravioleta que atraviesa la atmósfera causa numerosos efectos, tanto en las plantas como en las personas. Produce el bronceado del sol, irritación en los ojos y cáncer de piel. Las cifras del PNUMA indican que una disminución del 1 por ciento del ozono resultaría en un aumento del 6 por ciento de cáncer en la piel.
Existen muchas conexiones entre el uso de CFC y la capa de ozono y el recalentamiento mundial:
Los CFC contribuirán al recalentamiento mundial y a la reducción de ozono mucho después de que se prohíban, porque pueden permanecer en la atmósfera durante mucho tiempo.
La comunidad internacional hizo frente a estos peligros. En 1987, 62 países y la Comunidad Europea aprobaron el Protocolo de Montreal relativo a las sustancias que agotan la capa de ozono, por el que se comprometieron a reducir el uso de CFC a la mitad de los niveles alcanzados y suspender el uso de halones (derivados de hidrocarburos halogenados), sustancias químicas que se utilizan para combatir los incendios y contienen compuestos similares a los clorados, como los de bromo.
En 1990, se reconoció que estas medidas no eran suficientes. Los países firmantes del Protocolo de Montreal acordaron prohibir el uso y producción de CFC, halones y tetracloruro de carbono en el año 2000. Se creó una fundación mundial para ayudar a los países en desarrollo a atender los costos de la aplicación del Protocolo de Montreal y para contribuir al proceso de transferencia de tecnología que no requiera estos productos químicos. Por ejemplo, en México todos los fabricantes de atomizadores y pulverizadores acordaron reemplazar los gases propulsores por medios naturales. Hasta el 31 de agosto de 1991, habían firmado el Protocolo 73 países y la Comunidad Europea.
La formación de ozono. Mientras que el problema de la reducción o agotamiento del ozono se plantea en la atmósfera superior, la generación excesiva de ozono se produce en la atmó sfera inferior. Se está formando demasiado ozono en algunas áreas a causa de las emisiones de las centrales eléctricas, los automóviles y el uso de disolventes. Existen pruebas de que en la parte inferior de la atmósfera está aumentando el ozono sobre Europa y América del Norte.
El aumento del ozono puede afectar al sistema inmunológico humano. El sistema inmunológico es la respuesta natural que refuerza la protección del organismo frente a la enfermedad y la invasión de gérmenes y virus. Cuando nuestro organismo está invadido, el sistema inmunológico se enfrenta la invasor; luego refuerza la inmunidad por si se repite la invasión. El virus del SIDA ataca el sistema inmunológico destruyendo todas las defensas del organismo.
Demasiado ozono también puede causar daños al plancton (animales o plantas que flotan y siguen la corriente en los mares y lagos). Estos son muy pequeños y viven cerca de la superficie, donde pueden absorber la luz. Tienen gran importancia ecológica porque proporcionan alimento a los peces y las ballenas. Por tanto, cualquier daño infligido al plancton perturbará la cadena alimentaria mundial.
La lluvia ácida
Para evitar que la población sufriera los efectos de la contaminación del aire, en cada localidad, se construyeron chimeneas más altas, pero esto no resolvió el problema, pues en los decenios de 1970 y 1980 surgió una contaminación mucho más grave: la que se produce sobre vastos territorios al atravesar las fronteras nacionales.
La lluvia ácida tiene su origen en los óxidos sulfurosos procedentes de las fábricas y la utilización de combustibles que atacan a las partí culas de carbono y son transportados a grandes distancias por las corrientes de viento y aire. Las precipitaciones ácidas (de lluvia nieve) plantean un problema especial en algunas partes de América del Norte y Europa, pues pueden llegar a valores superiores a lo normal. Las regiones densamente industrializadas de Europa central y oriental y la parte oriental de Alemania han causado graves problemas a algunos países nórdicos. Se estima que 4.000 lagos de Suecia son tan ácidos que en ellos no pueden subsistir los peces. La lluvia ácida afecta igualmente a los bosques de la Selva Negra de Alemania y a muchos edificios de toda Europa. Se cree que la contaminación del aire causa en general daños moderados o graves a casi el 15 por ciento de la producción forestal de 17 países europeos.
Puntos para discusión
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Residuos y desechos
Todo aquello que se tira o se desprende a raíz de una acción de su propietario se convierte en un residuo. Existen residuos sólidos, líquidos y gaseosos. No es sencillo eliminarlos. Teóricamente, pueden reciclarse y transformarse en materias útiles, pueden aislarse permanentemente de todo contacto con el medio ambiente, o liberarse de manera muy controlada e inofensiva.
Es muy difícil determinar cuáles son los residuos perjudiciales. No es fácil encontrar cifras fidedignas sobre cuántos y qué tipos de residuos se producen; cada país tiene estadísticas diferentes. La Organización Mundial de la Salud, en su publicación Recursos mundiales 1987, cita una estimación de 330 millones de toneladas de residuos peligrosos por año en todo el mundo, y otra de más de 100 millones de toneladas en sólo 20 países.
Vertimientos y descarga prohibida: Evacuación de los residuos y desechos
A medida que aumente en los países desarrollados la presión en favor de una gestión cuidadosa de los residuos aumentará la tendencia a enviarlos a los países en desarrollo. Un caso aleccionador a este respecto es el del buque Zanobia, que zarpó de Italia en 1987 con un cargamento de 2.000 toneladas de residuos de fertilizantes, plaguicidas y resinas. Al cabo de un año, tuvo que regresar con su cargamento, que fue rechazado en Venezuela y Siria, y ocho miembros de la tripulación se envenenaron a raíz de las emanaciones producidas por fugas del contenido de los bidones.
En 1971 algunos sindicatos afiliados a la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte impidieron embarques de residuos en dos ocasiones. En primer lugar, trabajadores vascos boicotearon un barco alemán que transportaba residuos tóxicos de cadmio, arsénico y zinc, e impidieron la descarga de estos residuos en el puerto de Bilbao (España). El segundo ejemplo se refiere a un cargamento de desechos nucleares que debía cargarse en un buque construido para otros fines. A raíz del espectacular boicoteo que decidieron los trabajadores portuarios holandeses de Rotterdam, hubo que llevar los residuos de vuelta a Alemania.
En 1988, la Organización de Cooperación y Desarrollo Económicos (OCDE) aprobó una serie de principios para controlar la circulación de residuos peligrosos a través de las fronteras nacionales. Estos principios también se han incluido en la reglamentación de la Comunidad Europea. Sin embargo, Europa sólo posee instalaciones para 10 millones de toneladas de residuos al año, apenas una tercera parte de lo que produce. Veinte millones de toneladas deberán depositarse en otra parte. No sólo se trata de un asunto de espacio, sino tambi én de dinero: la disposición de residuos por medios lícitos es mucho más onerosa en Europa y América del Norte.
Las obligaciones y responsabilidades generales que asumen los países en lo que atañe a la circulación de residuos peligrosos se esbozaron en el Convenio de Basilea sobre el control de los movimientos transfronterizos de los desechos peligrosos y su eliminación. Aprobado por 116 países y la Comunidad Europea en marzo de 1989, el Convenio de Basilea tiene como objetivo el estricto control de estos movimientos y persigue la reducción global de la producción de residuos peligrosos.
La degradación de la tierra
La degradación de la tierra es una expresión genérica que alude al deterioro de la tierra causado por la desertificación, la erosión del suelo, la saturación hídrica y la salinización, y la deforestación. Debido a estos procesos cada año se pierden en todo el mundo por lo menos seis millones de hectáreas de tierras agrícolas valiosas.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula que los países en desarrollo perderán más de 50 millones de hectáreas de tierras de secano a causa de la erosión y otras formas de degradación, es decir, más de dos veces la superficie total de cultivo de arroz y trigo en los países en desarrollo, equivalente al triple del área abarcada por los Estados Unidos. Estas cifras no tienen en cuenta la degradación registrada en los países nórdicos. A continuación se describen algunos de estos procesos destructivos:
La desertización resulta de la extensión de desiertos en detrimento de la tierra productiva, debido a la disminució n de la calidad del suelo y del contenido de humedad. Las causas pueden deberse a la actividad humana, como en el caso del pastoreo excesivo o la agricultura intensiva, o a cambios de clima. La desertización es responsable de la pérdida de alrededor de 120.000 kilómetros cuadrados de tierra por año. En conjunto afecta a una sexta parte aproximadamente de la población del mundo, al 70 por ciento de todas las tierras secas (3.600 millones de hectáreas) y a una cuarta parte de toda la superficie terrestre mundial. Este fenómeno se produce en las tierras de secano que bordean los desiertos del mundo, donde viven 700 millones de personas.
Existen cinco cuencas desérticas en el mundo y en todas ellas cunde la desertización:
La salinización y la saturación hídrica son tipos de degradación de la tierra que pueden producirse como consecuencia de una irrigación inadecuada. La salinización se produce cuando el agua de riego se evapora y deposita sales en los campos. Pasado un tiempo, el aumento de sal hace improductiva la tierra, especialmente en las regiones secas. La saturación hídrica (anegamiento) se produce cuando los campos no tienen un sistema de drenaje adecuado. El exceso de agua provoca que las aguas subterráneas asciendan hasta el nivel de las raíces de las plantas, lo que puede perjudicar su crecimiento. Algunas de las zonas afectadas más gravemente están en el Pakistán, donde dos tercios de la tierra irrigada es salina, y en Egipto, donde más del 90 por ciento está saturada hídricamente.
Gran parte de la destrucción del suelo es el resultado directo de la actividad humana como consecuencia de nuevos métodos agrícolas, que son inadecuados, y la deforestación. La presión de la población en algunos países puede aumentar el número de personas que dependen de la tierra y obligarlas a desplazarse a zonas marginales, que pueden ser muy frágiles ecológicamente. La situación es cada vez peor.
La deforestación (o despoblado forestal) es un problema mundial en plena extensión. Los bosques ocupan más de la cuarta parte de la superficie terrestre no cubierta por hielos; ayudan a regular el clima, mantener el abastecimiento de agua y obtener muchos productos. Los bosques se dividen en tres clases: bosques tropicales de zonas secas o húmedas, bosques de zonas templadas, y zonas forestales degradadas. El problema de deforestación mas acuciante es el de las selvas pluviales tropicales, que están desapareciendo rápidamente. Los dos tercios de estas selvas están localizados en América del Sur y el resto en Africa y Asia. Cada año se destruyen por lo menos 150.000 kilómetros cuadrados de selva tropical.
El rápido ritmo de deforestación, especialmente en América del Sur, ha provocado inquietud sobre la suerte de los "pulmones del planeta", es decir los grandes bosques que absorben el anhídrido carbónico y liberan el oxígeno en la atmósfera. Es evidente la necesidad de que haya árboles para absorber el anhídrido carb ónico del aire. Talarlos y quemarlos contribuye al recalentamiento mundial puesto que, la combustión, produce más anhídrido carbónico.
En muchos países se tala los bosques para conseguir tierras de cultivo y campos de pastoreo. Los cultivos y el ganado pueden representar la mejor manera de utilizar la tierra si los alimentos se consumieran localmente. Sin embargo, en algunas regiones los alimentos producidos en grandes explotaciones agrícolas se destinan a la exportación, lo cual puede provocar escasez en las comunidades vecinas. Los bosques también se desmontan con el fin de obtener leña y materia prima para la industria maderera.
Punto para discusión
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La diversidad biológica ("biodiversidad")
La diversidad biológica, o biodiversidad, constituye la riqueza de la vida sobre la tierra: millones de plantas, animales, microorganismos, y sus genes y hábitats. Las plantas y los animales se extinguen rápidamente.
El Dr. Mostafa Tolba Director Ejecutivo del PNUMA, dice: "Nos enfrentamos a una ola de extinción sin igual en 60 millones de años. En efecto, se ha sugerido que hasta un 25 por ciento de las especies vivientes en la actualidad se extinguirán en el período de tiempo de una sola vida humana.".
Los hábitats del tipo selvas tropicales, arrecifes de coral y tierras pantanosas, y sus habitantes, corren un riesgo especial. Muchos otros hábitats se pierden a medida que los sistemas agrícolas se hacen más uniformes en todo el mundo. El número total de especies más todos sus genes suele denominarse "germoplasma mundial".
Con el fin de ayudar a proteger la diversidad de especies, se han elaborado muchos acuerdos internacionales, como la Convención sobre el comercio internacional de especies amenazadas de la fauna y flora silvestres (CITES). La finalidad de la CITES es conservar las especies en peligro de extinción, pero permite el comercio de la fauna y la flora cuando éstas son estables.
Otro nuevo organismo, la Junta Internacional de Recursos Fitogenéticos (IBPGR), cuya sede está en la FAO, en Roma, se cre ó para "promover una red internacional de centros de recursos genéticos a fin de fomentar el acopio, conservación, documentación, evaluación y utilización del plasma germinal vegetal".
La IBPGR ha elaborado una lista prioritaria de cultivos que han de examinarse. Los cultivos se incluyen en la lista sobre la base de los siguientes criterios: el nivel de riesgo a que se enfrenten el cultivo y la familia silvestre a que está emparentado; la importancia económica y social del cultivo; las necesidades de los plantadores, y la calidad y diversidad de todas las muestras disponibles.
La IBPGR ha determinado más de 50 cultivos cuya protección merece especial prioridad. Son las siguientes: aguacate; amaranto; arroz; banana feculosa y plátano; batata, y habichuela larga; berenjena; berza y repollo; boniato; plantas de la familia Brassica con semillas oleaginosas; café; calabacines; calabaza amarga; caña de azúcar; cebada; cebolla; coco; coles; cowpea; Cucumis melo; chayote; espinaca; fruto y árbol del pan; garbanzo de la India; haba gruesa; haba de soja; habichuela común, kangkong, lenteja; kimbombó; maíz; mandioca; mango; maní o cacahuete; manzana; membrillo; mijo finger; mijo perlado; palma de melocotón; panizo común; pera; Phaseolus aureus; pimienta; quinoa o quinua; plátano para repostería; rábano; remolacha azucarera; sorgo; taro y aroids; tomate; trigo.
La tierra, el agua, los minerales, la fauna y otros recursos no están distribuidos equitativamente entre todos los países del mundo. Por eso, el poder político, el dinero, la vivienda y otras posesiones materiales, así como la toma de decisiones acerca de esos recursos, también se dan en forma desigual. Los grupos sociales de cada comunidad deben poder participar en la formulación de decisiones importantes que afectan a su trabajo y a sus condiciones de empleo, de vida y progreso social, pues de lo contrario tropezarán con serios obstáculos para mejorar esas condiciones. Así puede ocurrir en todos los ámbitos, desde el hogar hasta el plano nacional: las mujeres que no son propietarias ni controlan el uso de la tierra agrícola, o que ni siquiera deciden el tamaño de sus familias, pueden tener dificultad para satisfacer las necesidades alimentarias de su hogar. Los trabajadores que no participan en las decisiones locales sobre la utilización de los fondos de la comunidad en materia de vivienda, alimentación y transportes pueden tener problemas para satisfacer estas necesidades.
La participación popular en la toma de decisiones quiere decir que el pueblo debe tener información sobre todos los asuntos que inciden en su vida. El medio ambiente es uno de estos asuntos. Los sindicatos han hecho mucho por contribuir a la participación popular en todos los planos, del local hasta el nacional, y por corregir algunas de estas desigualdades, pero todavía hay un largo camino por recorrer antes de que estén representados en todos los niveles en los organismos bipartitos y tripartitos.
Las mujeres
La división del trabajo en función del sexo y la edad todavía determina cómo se utilizan y asignan los recursos naturales. Las mujeres y los niños constituyen la mayoría de la población mundial; sin embargo, permanecen al margen de cada una de las etapas del proceso de toma de decisiones.
En muchos países en desarrollo, las mujeres y los niños son a menudo los protectores, guardianes y administradores de los recursos naturales, a pesar de que son los grupos más vulnerables ante los riesgos ambientales, la degradación de los recursos y la amenaza que acarrea la irresponsabilidad de la gestión de los desechos. En muchas zonas, las mujeres están en contacto directo con el medio ambiente natural porque son ellas quienes recogen leña u otro combustible, alimentos y forraje para satisfacer las necesidades diarias del hogar.
Por ejemplo, en muchos países en desarrollo las mujeres son responsables de más del 80 por ciento de la producción de alimentos y el suministro de combustible. En Nepal, algunos estudios han puesto de manifiesto que las mujeres recogen alrededor del 84 por ciento del combustible. En Africa, cultivan el 70 por ciento de los alimentos. Los infantes, especialmente las niñas, pueden ayudarles desde su más tierna edad. En muchas zonas, las mujeres y sus hijos plantan, cultivan, recogen y venden los productos agrícolas gracias a los cuales se las arreglan para que sus familias y comunidades puedan sobrevivir en lugar de padecer hambre.
Las estadísticas ponen de manifiesto la desigualdad laboral de la mujer. Las mujeres constituyen una tercera parte de la fuerza de trabajo mundial, pero aportan las dos terceras partes de las horas trabajadas; sin embargo, sólo reciben una décima parte de los ingresos y son dueñas solamente del 1 por ciento de las propiedades del mundo.
Además de sus responsabilidades laborales, las mujeres dirigen hoy en día más de una tercera parte de los hogares del mundo. Incluso cuando no son el ú nico sostén de la familia, son el principal sostén en términos del trabajo que hacen.
En muchos países las mujeres y sus hijos no disponen de acceso adecuado a la asistencia sanitaria, nutrición apropiada, educación y empleo. En Africa y Asia, 500.000 mujeres mueren cada año a raíz de las condiciones y efectos de su embarazo o del parto. Dejan más de un millón de niños huérfanos. El desempleo de las mujeres está aumentando a un ritmo más alto que el de los hombres, tanto en los países desarrollados como en los países en desarrollo. Las mujeres constituyen el grupo más numeroso entre los pobres del mundo.
Nuestros sindicatos deben hacer participar a las mujeres afiliadas y vincularse y ayudar a los grupos femeninos de la comunidad, de modo que puedan influir en el tipo de política que vamos a aplicar a nivel nacional e internacional.
La pobreza
La pobreza contribuye a que sus víctimas sea especialmente vulnerables a los efectos de la degradación ambiental y no tengan cómo defenderse del deterioro del medio ambiente del que dependen.
La tierra es un recurso especialmente valioso para la gente pobre. Cuando la deforestación, la erosión, la sequía o la contaminación degradan el medio ambiente, las consecuencias pueden ser particularmente adversas para los pobres. Para esta gente,la tierra puede haber sido su único recurso; privados de ella, se quedan sin capacidad de alimentarse y mantenerse. En tales circunstancias, pueden verse forzados a emigrar a las zonas urbanas. Tanto en las ciudades como en las zonas rurales los pobres siguen siendo especialmente vulnerables, porque muchos son analfabetos y no tienen acceso a la información.
En muchos países en desarrollo, cuando las mujeres dejan las zonas rurales, llevan consigo parte de su experiencia de la gestión de los recursos naturales. Las mujeres rurales e indígenas acumulan amplios conocimientos acerca del medio ambiente en que viven. Desarrollan sus propios métodos de gestión de los recursos de la zona, por ser a la vez proveedoras y recolectoras de alimentos y combustible. Si estos recursos se agotan, la emigración puede ser su única alternativa.
Al llegar a las zonas urbanas, los pobres suelen tener un acceso desigual al agua limpia y adecuada, y pueden verse obligados a vivir cerca de los lugares indeseables, como los vertederos de desechos o los basurales. La rápida urbanización crea tensiones ambientales especiales, incluida la insuficiencia de viviendas. La situación es especialmente dura para la población rural migrante, los refugiados y los pobres. A menudo, viven en la periferia de las zonas urbanas, en viviendas provisionales, en calidad de ocupantes ilegales. La urbanización aumenta la cantidad de residuos que se producen, sin que se disponga de vertederos o de depósitos adecuados. De pronto, pueden surgir poblaciones desparramadas en vastas zonas utilizadas para deshacerse de basuras y residuos, en las que no existe ninguna infraestructura sanitaria o de agua potable. Además, la degradación del medio ambiente puede agravarse a raíz de la necesidad de recoger leña para combustible y otras prácticas poco racionales.
Puntos para discusión
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La crisis de la deuda ha influido en muchos de los problemas ambientales sufridos por los países en desarrollo.
Esta crisis tiene su origen en los acontecimientos del decenio de 1970. Durante este período muchos países en desarrollo intentaron no quedarse a la zaga de los países industrializados y progresar a un ritmo más rápido. El proceso de industrialización entrañó la importación de maquinaria y tecnología de los países industrializados. Para financiar estas importaciones, los países en desarrollo pidieron dinero prestado a los gobiernos y bancos de aquellos países.
Durante este período, los acontecimientos mundiales provocaron la duplicaci ón de los precios del petróleo, con el resultado de que las naciones productoras depositaron su dinero en bancos occidentales. A su vez, esos bancos quisieron otorgar empré stitos a los países en desarrollo que, de este modo, pudieron hacer frente al reembolso de la deuda porque los tipos de interés eran bajos y el precio que recibían por las exportaciones de materias primas era elevado.
Sin embargo, la segunda alza del precio del petróleo en los primeros años del decenio de 1980 contribuyó a la actual crisis de la deuda. Para financiar los precios más altos del petróleo, los países prestamistas elevaron los tipos de interés. Esta acción precipitó la recesión mundial, que a su vez provocó la rápida disminución de los precios de las materias primas. Esto tuvo un efecto devastador sobre los países en desarrollo ya que no sólo se endeudaron más, debido al aumento de los tipos de interés, sino que además fueron incapaces de obtener ingresos suficientes de las exportaciones de materias primas para reembolsar las deudas contraídas.
A mediados del decenio de 1980 los siguientes países pagaban más del 25 por ciento de sus ingresos de exportación por concepto de intereses de la deuda: Argentina, Brasil, Chile, Filipinas, México y Venezuela. En 1986 los precios de las materias primas cayeron el 30 por ciento. Africa tuvo una balanza de pagos negativa, de 22.000 millones de dólares de los Estados Unidos. Al mismo tiempo, el precio de las importaciones procedentes de los países industrializados aumentó el 20 por ciento. Además, Africa tuvo que pagar 17.500 millones de dólares por concepto de intereses y reembolsos a los países prestamistas.
Muchos países empezaron a incumplir sus obligaciones de reembolso. El Fondo Monetario Internacional (FMI) intervino para prestar recursos adicionales de forma que dichos países pudieran cumplir sus planes de reembolso de la deuda. Asimismo, impuso condiciones a las economías deudoras en un intento de que ingresaran más divisas, para así reembolsar la deuda.
Los salarios y los servicios sociales se redujeron drásticamente con el fin de proporcionar recursos financieros para el reembolso de la deuda. Sin embargo, el mayor efecto tuvo lugar sobre el medio ambiente. Muchos países en desarrollo han vuelto a explotar su base de recursos naturales: han talado selvas tropicales, emprendido una minería en gran escala, a cielo abierto, o aceptado residuos tóxicos, para obtener los recursos adicionales necesarios para el reembolso de la deuda.
La pobreza creada por la deuda nacional en aquellos países no se puede calcular. Tampoco cabe hacer caso omiso de ella en las iniciativas para mejorar el medio ambiente. Los pobres de las zonas urbanas y rurales que no tienen acceso a una vivienda adecuada ni a agua y servicios de alcantarillado están atrapados en un círculo vicioso de pobreza y deterioro ambiental. Una política dinámica que dé respuesta a las necesidades de infraestructura básica de los pobres puede convertir este círculo viciosos en una política "virtuosa", proporcionando acceso al empleo y a los ingresos y mejorando asimismo el medio ambiente de trabajo y de vida.
Puntos para discusión
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Los gastos militares plantean problemas de orden ambiental por muchas razones. En primer lugar, los ensayos de nuevos tipos de armas tienen efectos directos sobre el medio ambiente. Según una obra publicada por el PNUMA sobre Dosis, efectos y riesgos de las radiaciones, todos los ciudadanos del mundo han estado expuestos a la lluvia radioactiva producida por las armas nucleares en los últimos 40 años. Casi toda esta radiación provino de los ensayos y pruebas que se hicieron.
Los efectos peligrosos de las armas sobre las personas los animales y la vegetación requieren pocas explicaciones. Desde 1945 han habido unos 120 conflictos bélicos, la mayoría en países en desarrollo. Han muerto alrededor de 18,5 millones de personas. El recuerdo de la deforestación de grandes zonas del Asia sudoriental en el decenio de 1970 y la reciente contaminación provocada por la guerra del Golfo todavía está vivo en la memoria de mucha gente.
Otra preocupación ambiental es el rápido agotamiento de determinados recursos destinados a producir equipo militar, sin que esto beneficie al medio ambiente de ninguna manera. Algunos de estos recursos no podrán reemplazarse nunca.
Según un estudio de 1983 de las Naciones Unidas, más de 70 millones de personas se dedicaban a actividades militares en todo el mundo. Los gastos militares representaban en promedio un 20 por ciento del gasto público. El conjunto de los gastos dedicados a actividades de investigación y desarrollo con fines militares representaban la cuarta parte de todo el presupuesto mundial dedicado a la investigación y desarrollo. En 1985 los gastos militares mundiales eran de unos 2.500 millones de dólares de los Estados Unidos por día.
Dar prioridad a la fabricación de tanques de guerra quiere decir que el tiempo y dinero necesarios para construirlos no se han dedicado a alimentar a la gente, potabilizar el agua o interrumpir la degradación de la tierra. A esto se le llama costos de oportunidad. Según un cálculo de la Comisión de Brundtland:
UNA PROPUESTA DE ACCION INTERNACIONAL: EL PROGRAMA 21
Ya se mencionó en esta cartilla la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (CNUMAD), celebrada en Río de Janeiro en junio de 1992. Como base para una acción en favor de la cooperación internacional en los sectores del desarrollo y el medio ambiente se preparó un "Programa para el siglo XXI", que se conoce con el nombre de "Programa 21". Este documento de 600 páginas se examinó y debatió en la CNUMAD y recibió la aprobación de los centenares de ministros y funcionarios gubernamentales que asistían a la Conferencia.
Los 40 capítulos del Programa 21 se agruparon en cuatro secciones: Dimensiones sociales y económicas, Conservación y gestión de los recursos para el desarrollo, Fortalecimiento del papel de los grupos principales, y, Medios de ejecución. Bajo el acápite Reforzamiento de los grupos principales, el capítulo 29 trata del "Fortalecimiento del papel de los trabajadores y sus sindicatos". Ambos son instrumentos de gran importancia para la protección del medio ambiente y la promoción del desarrollo y en ese capítulo se destaca cuál es su contribución.
Las actividades para llevar a cabo el desarrollo sostenible entrañarán ajustes y oportunidades a los niveles nacional y empresarial, y los trabajadores se contarán entre los principales interesados. Los sindicatos, en su carácter de representantes de los trabajadores, constituyen factores esenciales para facilitar el logro del desarrollo sostenible, habida cuenta de su relación con los cambios industriales, la gran prioridad que atribuyen a la protección del medio laboral y el medio ambiente natural conexo, y su promoción de un desarrollo económico y socialmente responsable.
La red de colaboración existente entre los sindicatos y su gran número de afiliados constituye una vía importante para encauzar las medidas de apoyo a los conceptos y prácticas en pro de un desarrollo sostenible. Los principios establecidos de la gestión tripartita, sirven de fundamento para fortalecer la cooperación entre los trabajadores y sus representantes, los gobiernos y patronos en la realización del desarrollo sostenible.
Se propusieron muchas actividades para fomentar la libertad de asociación y reforzar la participación tripartita de gobiernos, empleadores y trabajadores y sus consultas entre sí.
Para vigilar y coordinar las actividades de seguimiento de la CNUMAD, se ha creado una nueva institución de las Naciones Unidas: la Comisión para el Desarrollo Sostenible, que tiene su sede en Nueva York. También se ha creado en Costa Rica una organización independiente, llamada Consejo de la Tierra, para desarrollar una red mundial de organizaciones dedicadas al medio ambiente y el desarrollo, incluidas las organizaciones no gubernamentales y los organismos gubernamentales y multilaterales.
La CNUMAD y el Programa 21 son iniciativas de importancia decisiva para una acción mundial en los sectores del medio ambiente y el desarrollo. Todos los grupos sociales deben reaccionar ante estas preocupaciones crecientes.
La OIT y el Programa 21
En noviembre de 1992, la OIT convocó una Reunión consultiva tripartita sobre el medio ambiente y el mundo del trabajo, con la finalidad de examinar las actividades de la Organización en este campo y determinar sus actividades futuras, especialmente en lo relativo al seguimiento de la Conferencia de Río de Janeiro.
La Reunión consultiva tripartita aprobó los siguientes temas prioritarios para la acción de la OIT en respuesta al Programa 21:
La OIT contribuyó activamente a la preparación de la Conferencia de Río, especialmente en lo que concierne a los asuntos relativos a:
La OIT continuará dedicando tantos recursos como pueda a la prosecución de actividades en estas áreas tan importantes que están vinculadas al seguimiento del Programa 21.
Puntos para discusión La mayoría de los países prepararon informes nacionales para la CNUMAD de Río de Janeiro, en los que describían sus políticas, actividades y problemas en materia de medio ambiente y desarrollo. Muchos países ya están elaborando su propia estrategia nacional para aplicar el "Programa 21": promulgación de leyes, establecimiento de normas, creación de comités consultivos a diferentes niveles, entre otros aspectos.
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